La cultura y filosofía hindú asienta sus bases en la teoría de los siete chakras, los cuales son los siete centros de energía infinita que posee el ser humano. Los chakras regulan nuestro equilibro interior repercutiendo en nuestra salud tanto mental como corporal. Es necesario abrirlos y activarlos para poder alcanzar el bienestar.
En el hinduismo se conoce como prana a la energía originaria de la vida y del universo, el principio de todo. En nuestro cuerpo tenemos tres canales por donde transita la energía. Son conocidos en sánscrito como los tres nadis: ida, pingala y sushumna. Cada uno de ellos transporta esta corriente de manera diferente. El nadis ida recorre la parte izquierda del cuerpo, mientras que el pingala lo hace por el derecho y, finalmente, el sushamna, considerado el más relevante de los tres, lo hace por la columna vertebral.
Estos nadis nos conectan con la energía universal y los tres se cruzan en centros diferentes formando una bola o centro de energía, que a su vez da lugar a los que serán conocidos como los siete chakras.
Cómo abrir los Chakras
Los siete chakras
Vamos a tratar los siete chakras en este punto de acuerdo con su color:
El chakra rojo (raíz)
Es el chakra de la comodidad y del bienestar. Al abrirlo, te sentirás cómodo y seguro, siendo un actor más del momento en el que vives. Si es un chakra poco activo, sueles estar nervioso constantemente y te sientes inseguro con lo que te rodea. En cambio, si sucede lo contrario, es decir, en exceso, podrías sentirte poderoso y avaricioso.
El chakra naranja (sacro)
Es el de la sexualidad y de los sentimientos. Las personas que tienen este chakra poco activo sufren de apatía y de insensibilidad emocional. En el caso opuesto, nos podemos encontrar con personas hipersensibles y con necesidades sexuales muy exigentes.
El chakra amarrillo (ombligo)
Es el chakra de la autoestima, el que afecta a la tina de decisiones o la pasividad, por ejemplo. Por el contrario, si este tiene una sobreactividad nos encontraremos ante una persona soberbia, llena de arrogancia, e incluso, agresiva.
El chakra verde (corazón)
Este chakra está relacionado con el amor y el cariño, con la parte más sentimental, cuidadosa y amable. Las personas frías y poco simpáticas suelen tener un chakra poco activo. Sin embargo, hay personas que desbordan amor y amistad, llegando incluso a asustar a los demás.
El chakra azul celeste (garganta)
Es el relacionado con la comunicación y la expresión. Se sitúa en la garganta y transmite emociones, pensamientos, ideas, etc. Una persona con actividad en este chakra será una persona que sabe transmitir la información de forma oral. Por el contrario, una persona callada que no sabe expresarse ni defender sus opiniones frente a los demás, tiene bloqueo en este chakra.
El chakra azul (tercer ojo)
Ahora nos acercamos a un chakra más perceptivo, que da pie a la visión y a los objetivos y sueños. Si este chakra se encuentra inactivo, nos encontramos confundidos, pasividad de ideas, influenciabilidad. Mientras que una persona con el chakra demasiado abierto, llega a un punto de creatividad que puede ocasionar alucinaciones.
El chakra violeta (morado)
Este es el último, que se encarga de la espiritualidad humana. Los sabios, monjes, religiosos, etc., poseen un chakra muy desarrollado. En casos extremos del desarrollo de este chakra, se centran en el mundo espiritual dejando muchas veces de lado las necesidades terrenales. En un punto medio, se puede ser consciente de nuestro entorno y mejoramos nuestras relaciones con el mundo, llegando a la plenitud espiritual, a la paz. En cambio, una persona con poca actividad tendrá una tendencia a creer solo en lo que ve y se sentirá desencantado y desligado de lo que le rodea.
La apertura de chakras y sus riesgos
Los chakras son centros de energía que hay que dejar fluir y que repercuten en nuestro estado. Es esencial para nuestro bienestar físico, mental y, sobre todo, espiritual. Nuestro equilibrio interior depende de esta alineación de nuestros centros de energía. Por lo que, si nos encontramos con chakras inactivos, y somos conscientes completamente de ello, es aconsejable abrirlos con consciencia de cuáles son los carentes. Antes de esto, es bueno meditar al respecto y reflexionar acerca de qué resultado queremos obtener y de cómo vamos a realizar esa apertura.
No tiene por qué ser peligroso si se hace con consciencia. Una vez, detectado el chakra que necesitamos activar, debemos preguntarnos cómo. Puede que necesitemos acudir a un maestro, a un grupo, a un libro especializado o sagrado. Puede que optes por hacerlo tú mismo a tu manera.
Lo importante es buscar la manera más sana y cuidadosa para abrirlos. No dudes en equilibrar tu cuerpo y mente abriendo tus chakras, activa tu vida.
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