Muchas civilizaciones antiguas importantes se basaban en los sueños premonitorios para buscar soluciones a asuntos políticos o sociales. Por ejemplo, los egipcios creían que sus dioses los visitaban en sueños y les transmitían mensajes importantes por esa vía. Los griegos no solo utilizaban los sueños como forma de llegar a cierta información, sino también para saber remedios curativos para diversas enfermedades. Así, realizaban todo tipo de rituales antes de acostarse, como abstenerse de comer carne o de tener relaciones sexuales, así se aseguraban que sus cuerpos estaban «limpios» para soñar.
Por otra parte, en el Nuevo Testamento se puede leer que Dios también hablaba a sus discípulos en sueños para guiarles hacia misiones importantes. Para los hebreos, los sueños buenos provenían de Dios y, los malos, de espíritus malignos.
A día de hoy, muchos guías espirituales consideran que los sueños premonitorios son mensajes divinos importantes, que necesitan ser interpretados por profesionales como ellos. Especialmente importantes son aquellos que se repiten varias noches seguidas. Pero ¿cómo saber si realmente son mensajes divinos los sueños? Aquí te damos unas premisas para averiguarlo:
Mantén un registro de tu sueños
Antes de decidir si un sueño es premonitorio, debes anotar todos los que tengas en un diario. Es la única forma de saber si realmente fue especial o un sueño de fantasía. Es importante que hagas este ejercicio nada más levantarte para que tengas las imágenes lo suficientemente frescas y no olvides detalles. Es increíble descubrir lo rápido que se desvanecen estas ideas conforme te pones a hacer las actividades diarias.
Pon mucha atención a los detalles
Escribe todos los detalles que puedas: ¿qué sentías en ese momento? ¿dónde estabas exactamente y con quién? ¿qué veías o escuchabas?
Un rasgo muy característico de los sueños premonitorios es que ofrecen un nivel de detalle tan claro y preciso que se pueden distinguir perfectamente de los sueños normales. Es decir, es habitual que los colores, las emociones, los lugares y las conversaciones sean muy intensos, de manera que te aclaren qué tipo de sueño estás teniendo y si tienes que prestarle atención o no.
Espera y verás
Continúa tu vida sin preocuparte demasiado por tratar de vincular tus sueños con el mundo real. De repente, un día sucederá algo que tus sueños habrán predecido antes con mucha precisión. En ese momento, saca el diario donde habías anotado todo y apunta cuánto tiempo ha pasado entre la noche en la que tuviste el sueño y el día en que ocurrieron los acontecimientos.
Pueden pasar años o días entre un momento y otro, depende de la persona, pero es posible encontrar un patrón que se repite para anticiparte a los hechos.
Premoniciones y pesadillas
Catástrofes, terremotos, accidentes o desastres naturales… Si echamos la vista atrás, la historia de las premoniciones suele tener unas connotaciones negativas. A la hora de interpretarlas, es bueno saber que, cuando soñamos, nuestros miedos personales o las cosas que nos han pasado hace tiempo y que están en el subconsciente, pueden salir a la superficie.
Tener pesadillas terroríficas y luego darse cuenta de que se hacen realidad puede explicarse mediante el fenómeno del «retroceso», lo que significa que, una vez que experimentamos un evento desagradable, tendemos a «pintar» nuestros sueños en función de lo que luego nos suceda. Es por eso que la violencia en los sueños tal vez se deba a que nuestra mente subconsciente repara las experiencias personales que fueron impactantes para nosotros y, a menudo, es muy similar al evento que estamos comentando.
Los sueños premonitorios más famosos
Se dice que Abraham Lincoln tuvo un sueño de este tipo unos días antes de morir: soñó que había gente llorando en la Casa Blanca porque el presidente había muerto. Compartió esto con algunas personas y, diez días después, fue asesinado.
La joven Eryl May Jones, de Abenfan (Gales), soñó en octubre de 1966 que su escuela estaba cubierta por una extraña sustancia oscura. Contó esto a personas cercanas y, poco después, murió a consecuencia de un derrumbe en su escuela por la explosión de una mina de carbón.
En conclusión, los sueños premonitorios han sido objeto de atención durante toda la historia de la humanidad y, por tanto, no debemos dejarlos a un lado. Hacer ejercicios de meditación puede conectarnos a nuestro subconsciente y hacernos capaces de ver con claridad aquellos aspectos de nuestra vida que guardamos sin darnos cuenta. Muchas veces, este ejercicio puede suponernos la sanación de algo que nos atormenta, pero que no podemos explicar y que, si lo llevamos dentro durante mucho tiempo, puede hacernos enfermar.
Deja una respuesta