La resonancia limbica es un mecanismo cerebral relacionado con las técnicas de averiguación de los sentimientos, que es uno de los objetivos que perseguimos quienes nos dedicamos a la videncia. Pero es mucho más que eso. Tanto a nivel general como en el plano concreto. Vamos de lo global a lo particular.
Una definición de la resonancia limbica
En primer lugar, te aclaramos que se trata de una teoría científica que explica por qué las personas podemos desarrollar el sentimiento de la empatía. Asimismo, se ha revelado como una filosofía de vida presente, por ejemplo, en algunas religiones. El budismo, sin ir más lejos, bebe de muchas de las fuentes de la resonancia limbica, pero atribuye otros significados y explicaciones a sus interpretaciones de la empatía.
En todo caso, no resulta incompatible que sus conclusiones puedan ser compartidas tanto por la comunidad científica como por la vidente y religiosa. Al fin y al cabo en todas estas visiones de la empatía, de la capacidad de sentir que tenemos respecto a lo que están experimentando los demás, la búsqueda del bien supone una motivación prioritaria.
Es evidente que, si sabemos qué está pasando por la mente y el corazón de una persona, estaremos más capacitados para contribuir a mejorar la gestión de sus sentimientos. Aunque la solución última respecto a qué hacer para estar satisfecho está en las manos de la persona concernida, los videntes podemos ayudar, empatizando, con las sugerencias a cada situación.
Una explicación biológica de estos mecanismos
Estos mecanismos tienen lugar en unas estructuras muy concretas del cerebro, las cuales están relacionadas con la producción de ciertas hormonas. Hormonas, además, que tienen efectos contrapuestos.
Por una parte, el circuito por el que discurre la dopamina tiene que ver con la armonía y la empatía. Por otro lado, el de la norepirefrina está vinculado a emociones que consideramos más negativas o reactivas, como la ansiedad, el miedo y la ira.
Si bien esta es la explicación interna de estas funciones biológicas, hemos de señalar que se producen unos efectos comprobables hacia afuera. La citada resonancia limbica tiene que ver con una influencia química, que se puede medir, entre las químicas cerebral y del sistema nervioso y las de las personas que se encuentran cerca. Por otra parte, la sincronización entre estos sentimientos, clave en la educación sentimental de las personas, es lo que se conoce como regulación límbica. Por último, has de tener en cuenta que las pautas límbicas pueden llegar a ser modificadas mediante terapias.
En esta última metodología puede ser clave el desempeño que aportemos los videntes, que poseemos la capacidad de discernir los sentimientos del prójimo de una manera empática.
Algunas referencias concretas a estas teorías
Te interesará conocer, por si quieres profundizar en el tema, que el salto a la fama de esta concepción de la empatía proviene de la obra A general theory of love, publicada en 2000 y escrita por Fari Amina, Richard Lannon y Thomas Lewis.
De todos modos, existen antecedentes en esta línea, como las investigaciones sobre los mamíferos de Charles Darwin durante el siglo XIX, en las que descubrió cómo estos animales eran capaces de comprender sus sentimientos mediante una conexión que trascendía nuestros sistemas de comunicación verbal y no verbal. Destacamos también la aportación de Winnicott en 1965.
Ha habido contribuciones más relevantes desde posiciones científicas, por lo que te vamos a contar algunas de sus conclusiones más significativas.
¿Cómo influye la resonancia limbica en las relaciones sociales?
Como te avanzamos que sucedía con el concepto de regulación límbica, los sentimientos pueden llegar a contagiarse. También hay personas que, dada su gran empatía, son más capaces de anticiparlos que de contagiarse. Son, como las videntes, las más aptas para ayudar a quienes tienen una mayor tendencia a dejarse influir por los sentimientos ajenos.
En el marco de esa sincronización que se produce hay ejemplos que te pueden servir para entender sus claves. Uno de ellos es el de la aparición en escena de una persona alegre, que podemos concluir que puede llegar a hacer más divertido un encuentro social. Por el contrario, si un sujeto temeroso entra en una habitación en la que se encuentran más personas no has de considerar extraño que acabe por transmitir este sentimiento de miedo a los que estaban en ese lugar.
Las reflexiones que se extraen de estos casos de resonancia, regulación o terapia límbica nos pueden llegar a hacer plantearnos algunos peligros asociados a técnicas de ingeniería social. ¿Sabías que las risas enlatadas de algunos programas televisivos de humor podían tener unos fines límbicos? Según reglas de la televisión social, Kevin Slavin consideró que aportaban al espectador la sensación de no sentirse solo con sus sentimientos.
En definitiva, tomemos nota de estas coordinaciones sentimentales de la resonancia limbica que a todos nos afectan y pensemos en cómo un vidente puede contribuir a que estas propicien nuestra mejoría.
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