La tradición gallega nos ha legado muchas cosas, entre ella la magia de las famosas meigas y los conjuros gallegos. Por algún motivo, los gallegos son bastante supersticiosos. Son muchos siglos de ir adquiriendo sabiduría a través de hechizos y conjuros. Galicia es una tierra mágica, más allá de supuestas creencias. Quien conoce esta región acude con respeto a sus bosques, sabiendo que, en cualquier rincón, puede esconderse trasgos, esos duendecillos que con sus travesuras despiertan el temor de las personas.
Conjuros gallegos que funcionan
Los conjuros gallegos más poderosos
Si quieres saber por qué los conjuros gallegos son tan poderosos debes escuchar todas las historias familiares de este pueblo, con tantos siglos de historia. Algunos se remontan hasta la época de los celtas para encontrar el origen de algunos de los rituales más utilizados en la actualidad. Estos son llevados a cabo en fechas especiales, siendo la noche de San Juan una de las más elegidas, debido a esa aura mágica que la rodea.
No faltan las discusiones acerca del inicio de algunos conjuros, como el de la famosa queimada. Una de las teorías más aceptadas es que este es de origen medieval, ya que se usa aguardiente y dicha bebida no llegó hasta el siglo XII a esta región. Pero estas opiniones encontradas no son suficiente para desprestigiar uno de los conjuros más usados por los gallegos.
En las creencias gallegas hay solución para todos los males. La magia es creada a través de conjuros, hechizos y rituales. Muchas veces te bastará visitar parajes mágicos del mapa gallego para lograr aliviar un dolor corporal e, incluso, el daño causado en el espíritu. Podrás deshacerte de los males de ojo creados por la envidia de algún vecino, hasta esquivar a algunos de esos duendecillos, los trasgos, que pudieron colarse en tu nueva casa cuando realizaste la mudanza.
Eso sí, cuidado con salir muy tarde de casa, sobre todo si vives en un pueblo o estás cerca de los bosques. Si te cruzas con la Santa Compaña deberás cuidarte y hacer el símbolo de la cruz para que no te escojan para seguir con la marcha fúnebre. Toda prevención es poca ante los sucesos mágicos gallegos.
La queimada y su realización
La queimada es un conjuro que mucha gente decide realizar la noche de San Juan, del 23 al 24 de junio. Aunque es un acto que se lleva a cabo en muchas familias, en cualquier época, no debes dejar de intentarlo durante la noche más corta del año.
Debes saber que un conjuro trata de invocar a esos seres mágicos que nos rodean. Esta invocación necesita de palabras poderosas, dichas con temperamento y fuerza. El conjuro tiene a la palabra como símbolo de poder. Aparte, deberás elaborar la queimada, que es una bebida que forma ya parte de la tradición de esta región.
Aunque pueden cambiarse algunos ingredientes secundarios, los básicos son el aguardiente de orujo (es imprescindible que haya sido creado en Galicia), rodajas de limón y naranja, además de granos de café. Puedes añadir otros, como estrellas de anís, rama de jengibre, granos de pimienta negra, etc.
Debes mezclar todo en un perol de barro, preferiblemente. A continuación, deberás prenderlo y dejar que las llamas hagan su trabajo. Irás añadiendo azúcar y el aguardiente poco a poco, dejando que se consuma. Cuando la llama haya desaparecido, lo podrás servir, pero antes será necesario pronunciar las palabras mágicas tradicionales.
El conjuro hace mención a todas las entidades malas que queremos hacer desaparecer de nuestra vida. Se convierte en un grito de purificación, al mismo tiempo que se alude al infierno, a donde mandaremos todo lo que nos pueda producir daño. Al final, se implora a los espíritus amigos y a las fuerzas de los elementos para que nos protejan y participen de la queimada.
El conjuro poderoso de la rosa
Estamos, en este caso, ante un conjuro antiguo, que se realizaba para paliar una enfermedad que asolaba a la población tiempo atrás. Esta se trataba de la erisipela. Lo primero era bendecir una rama de olivo y otra de palma el Domingo de Ramos. Después debían quemarse ambas en un recipiente de barro, con el fin de que el enfermo aspirara el humo hasta que las ramas se consumieran.
Esto debía repetirse durante nueve días, antes de que saliera el sol. Todos estos días debía repetirse en voz alta el famoso conjuro de la rosa, que hace referencia a la misma, describiéndola, y al poder de Cristo para aliviar el mal que padecía el enfermo.
En la actualidad vemos este conjuro utilizado para la curación de otras enfermedades. Siempre puedes probar su poder, aunque habrá que comprobar si funciona tan bien como lo hacía con la erisipela.
Los conjuros gallegos han ganado fama por su poder. Si quieres saber más, así como los secretos de la cávala o lo que tienen para ti las cartas del tarot, siempre puedes llamar a los profesionales videntes.
Deja una respuesta