Cerrar etapas en la vida puede resultarte doloroso a primera vista, pero es necesario. Nuestra existencia es un devenir de ciclos que comienzan, se desarrollan y concluyen. De esta manera, aunque en la práctica nada termine, es de gran importancia cerrar la etapa anterior para entrar en una nueva fase sin quedarnos estancados.
Para dejar atrás un ciclo lo primero que tenemos que aclarar es la diferencia entre una pérdida y un ciclo. Así, el que cerremos un ciclo implica pérdidas, pero estas no llevan aparejado necesariamente el cierre del ciclo.
Por lo tanto, cerrar etapas en la vida es indispensable para abrirnos a un nuevo futuro. Si un ciclo permanece abierto, constituirá una barrera para que florezca lo nuevo y avancemos en lo personal.
Aprende a cerrar etapas en la vida
Dejar marcharse a lo viejo
Los seres humanos tendemos a aferrarnos a los viejos paradigmas o a situaciones caducas. La inercia es una potente fuerza que nos mantiene atados a lo antiguo. Lo percibimos como si fuera mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer.
Por ello, hay una resistencia a cerrar etapas en la vida, puesto que hay una parte de nosotros que quiere mantenerse asida a lo antiguo antes que experimentar una incertidumbre hacia lo nuevo.
¿Dónde reside la primera labor para dejar atrás lo antiguo? Sencillamente, dejándolo irse. Un ciclo concluye cuando ya se completó y solo quedan ruinas de este. De esta manera, dejar que se marche es una manera de abrirnos ante el futuro.
Decir adiós y realizar un balance
A pesar de que cerrar etapas vitales implica alejarnos del dolor, siempre tendremos que transitar por la etapa del duelo. En este sentido, la tristeza es una emoción natural por la que hemos de pasar. Permitirnos vivirla significa que nos estamos preparando para decir adiós a la realidad que está por desaparecer.
Despedirse no significa meter la cabeza en la tierra cual avestruz, sino afrontar las vivencias y experiencias que nos han embargado durante esta vieja etapa. Te animamos a que hagas un balance, con los momentos más significativos y las sensaciones que experimentaste.
Este será el comienzo del balance: una evaluación tanto de las experiencias positivas como negativas que tuvo ese ciclo que vamos a cerrar. A ello hemos de añadir los aprendizajes, qué brindó para nuestro crecimiento personal y cómo contribuyó a nuestras motivaciones.
Sentirse en paz con el pasado y comenzar de nuevo
Cerrar una etapa vital implica sentirse en paz con el pasado, sea como fuere. Es necesario para continuar caminando y que lo ya caminado no nos afecte ante nuevos horizontes. Todo final implica también un comienzo donde debemos poner el foco de nuestro interés y atención.
Transitar desde lo desconocido a lo nuevo siempre trae consigo un desequilibrio inicial, pero, poco a poco, comenzará a revelar sus bondades.
Caminar a partir de lo conocido hacia lo incierto siempre supone aventuras, nuevos aprendizajes, sorpresas y, también, adaptaciones. En la mayoría de las ocasiones, los cambios nos dan mucho más de lo que nos arrebatan.
Sin embargo, aunque en la etapa de duelo surjan emociones como la tristeza, el despecho o la culpa, es preciso experimentar estas emociones con naturalidad. Esta es, sin duda, la clave para sentirnos en paz con lo que ya es pasado.
¿Qué surge tras las emociones?
Tras el período de montaña rusa emocional, aparece lo más duro:
- Toca echar de menos la situación anterior y adaptarnos a la nueva.
- Es el momento de contarle a nuestros amigos y conocidos cuál es la nueva situación.
- Quizá tengas que pedir ayuda a un profesional, si sientes que lo necesitas.
- Reforzar nuestra autoestima, que posiblemente ha quedado dañada.
- Confiar en quien se acerque porque, posiblemente, ya no confiemos en nadie.
Este es el instante de cerrar la puerta del pasado, con sus aprendizajes y experiencias para abrir la del futuro. Cerrar la puerta del pasado es necesario para que nos abramos ante un futuro prometedor. No sin antes haber hecho un balance de nuestra responsabilidad y de lo que nos ha enseñado la parte del camino que hemos dejado atrás.
¿Cómo saber si hemos superado el ciclo?
El ciclo se cierra cuando, al mirar hacia atrás, no nos embargan emociones como la tristeza, la ira o la rabia. Se trata de emociones que no te superarán. Es natural que sientas tristeza si te encuentras con una persona querida de tu pasado, pero la emoción no te desbordará.
Otro indicador de que has superado la etapa es que agradeces lo bueno que experimentaste durante el ciclo ya superado.
En definitiva, cerrar etapas en la vida es esencial para nuestra salud mental. Si no lo hacemos, nos sentiremos pesados, atiborrados o confundidos frente al futuro. A lo que ya no está en tu vida hay que darle sepultura. Para conseguirlo, te recomendamos la ayuda de una vidente profesional.
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