La telepatía no deja de ser una controversia en el terreno científico. Solo la física cuántica reconoce esta capacidad humana, aunque difícilmente ha podido defenderla dentro del ambiente intelectual de la ciencia, que necesita de pruebas específicas.
En el plano personal, seguramente hayas experimentado una comunicación telepática con algún miembro de tu familia o con una persona especial que se ha cruzado por tu vida. Esto tiene una explicación que, a continuación, te detallamos.
El desarrollo de la telepatía
No es cuestión de creer o no creer en ella. Lo primero que requieres es concentrarte o querer mirar a tu alrededor e, incluso, dentro de tus sueños, para comprender que más de una vez te han comunicado mensajes más allá de los canales comunes, usados por el ser humano.
La telepatía es una forma de comunicarse. Esta puede mandarte mensajes en forma de imágenes, de presuntos presentimientos o inclusos palabras y pequeñas frases muy significativas.
La comunicación telepática suele existir entre la madre y el feto, entre padres y sus hijos (especialmente si ocurre un problema) e, incluso, más allá de la realidad humana que conocemos.
¿Alguna vez has tenido un sueño en que un familiar fallecido se te ha aparecido para dejarte un mensaje? Los sueños son uno de los canales más poderosos del mundo telepático. En ellos tu mente se vuelve ágil, alcanzando una velocidad increíble, que no solemos analizar. Mediante los sueños, los espíritus se comunican con nosotros, porque estamos en una frecuencia distinta, más cercana a nuestro espíritu.
A veces también soñamos con personas vivas que conocemos. Se suele decir que cuando alguien está pensando en nosotros, ya sea para bien o para mal, esta persona se nos aparece en sueños. Conocer el sentimiento de ese individuo hacia nuestra persona es sencillo en este caso. Solo debemos analizar cómo nos sentíamos mientras soñábamos, si estábamos cómodos o, por el contrario, nos sentíamos indefensos. Así podremos averiguar qué hay dentro de esa persona y por qué nos tiene presente.
Es mediante el sueño como podemos poner en práctica nuestra telepatía. Seguramente no acertaremos a saber si un mensaje que mandemos mentalmente llegue o no a otra persona. Aunque existen experimentos que se pueden poner en práctica, como el de las cartas Zener, que consiste en concentrarse en una carta elegida al azar e intentar proyectarla a la mente de otra persona que tengas delante de ti.
Recuperando un poder primigenio
Son muchos los indicios que sitúan a la telepatía como una habilidad humana, desde que comenzó a existir. Pero se ve que el tiempo ha dejado estragos al respecto, perdiéndose este sexto sentido. Los únicos resquicios que podemos encontrar son casos aislados de personas que aseguran haberse comunicado con seres queridos a varios kilómetros de distancia, a través del pensamiento.
Son más los casos de gente que afirma haber soñado con sus seres queridos fallecidos. En este caso, los escépticos argumentan el gran dolor que se sufre tras una pérdida, pero solo las personas que han tenido esos sueños saben la veracidad del mensaje que les han transmitido los espíritus.
Un ejemplo de comunicación telepática hace referencia a los encuentros supuestamente casuales entre dos personas, muchas veces en torno a una multitud. Sin duda, existen conexiones más allá de la materia que logran que estemos conectados.
Debemos remontarnos a las ideas de algunos filósofos griegos, que luego serían adoptadas por el Romanticismo alemán, que afirmaban que todas las personas que conforman el mundo están, de alguna forma, unidos por la denominada “alma del mundo”. Se decía que procedíamos que una sola alma que, con el tiempo, se había ido desfragmentando hasta crear un inmenso número de entes espirituales. Esta alma tenía un lenguaje primigenio, el cual percibimos de vez en cuando en nuestro interior y que permite comunicarnos sin tener que hablar.
Los bebés aún conservan la comunicación telepática hasta alcanzar pocos años de vida. Pero por estar absorbidos en muchos aspectos banales de este mundo, terminamos por perder esta capacidad que, si nos esforzamos, llegaremos a recuperar, a pesar de la dificultad que representan los estímulos a nuestro alrededor.
El primer paso para rescatar este poder humano es tener conciencia del mismo, sin avergonzarnos por sentir cosas que mucha gente no puede percibir. Ganando seguridad en ti misma y atendiendo a los estímulos que se te aparecen, comprenderás que la telepatía va más allá del lenguaje conocido. Muchas veces se presenta como una fuerza invisible que nos señala un objeto, pretendiendo que descifremos un mensaje importante a través de él.
Recuerda analizar de forma concienzuda cada uno de tus sueños. En ellos puedes encontrar múltiples respuestas a preguntas que tú misma te has formulado a través de los años. El mundo espiritual se comunica con nosotros mientras dormimos, ya que nos adentramos en otra frecuencia vital.
Quizás requieras de una limpieza energética para adentrarte en tu alma y fortalecer ese don humano que es la telepatía. No es magia, es un poder que hemos ido perdiendo, pero que, de vez en cuando, se activa para avisarnos de algo importante.
Deja una respuesta