Seguramente hayas visto a alguna persona con una cadena y un dije colgado con forma de cruz de brazos iguales dentro de un círculo. Bueno, pues esa es una cruz solar o rueda cruzada. También conocida como encrucijada, se trata de un símbolo prehistórico (uno de los más antiguos del mundo) que fue utilizado por diversos grupos religiosos y clanes familiares a través de la historia. Por ello se le atribuyen múltiples significados que vale la pena que conozcas.
La cruz solar aparece en obras de arte religioso, tanto en India como en Europa, América y Asia. Es la unión de polaridades opuestas. En principio, resulta la representación de una bola de luz que proporciona, como no podía ser de otra manera, luminosidad extrema y calor. Es lo que permite a las plantas, a los animales y a los hombres crecer y reproducirse. Por este motivo también se asocia esta cruz con el árbol de la vida. Justamente, las culturas paganas, adoradoras de la naturaleza y de los ciclos lunares y solares, utilizaban este simbolismo para dar cuenta de los procesos naturales que no pueden ser controlados por el hombre; que van más allá de su poder.
Por su forma y por contener al sol, se dice que la cruz solar representa gráficamente las cuatro estaciones del año determinadas por el movimiento de la Tierra alrededor del Sol. Astronómicamente, en esta cruz estarían marcados los equinoccios y solsticios, los movimientos solares y el calentario solar. En pocas palabras: los distintos momentos del año que el Sol va delimitando y que tienen una influencia directa sobre las mareas, el crecimiento de las plantas, los ciclos reproductivos de los animales y también sobre la vida de los hombres en la Tierra.
También se relaciona con la rueda de la vida o la rueda de los cambios; con la evolución de la materia y del espíritu. Concretamente, en estrecha vinculación con el símbolo del árbol de la vida, la cruz solar da cuenta de las etapas de crecimiento de un árbol y los ciclos vitales en sí. Representa el nacimiento, el crecimiento, el florecimiento y el deterioro. Desde la semilla hasta el árbol en su máximo esplendor. Eso es lo que, en parte, se quiere transmitir cuando se obsequia una cruz solar: que la luz acompañará a esa persona que la recibe en todos los momentos de su vida: de siembra, de espera y crecimiento, de cosecha y alegría y también de decrepitud.
Dentro del esoterismo y las ciencias religiosas, la cruz es símbolo de protección (en especial, en la alquimia esotérica). Por esta razón, en todo tiempo y lugar, la cruz de puntas iguales se imprimió en las monedas de los pueblos para significar que estarían amparados por lo Superior.
Si se tiene en cuenta la forma de cruz propiamente dicha, la cruz solar está relacionada con el número 4. Las cuatro divisiones, los cuatro elementos, los cuatro vientos, los cuatro puntos cardinales… La cruz es síntesis y también da cuenta de Dios en el centro de todo el Universo. Asimismo del tiempo y del espacio delimitados por el Sol y el movimiento de la Tierra. Por otra parte, la cruz tiene en el centro a Dios a al Ser superior, dependiendo de cada religión, alrededor del cual giran los cuatro elementos: agua, tierra, fuego y aire. Estos son la vida misma; sin ellos no hay vida posible.
La cruz también es creación, inicio, entrecruzamiento de culturas y especies. La cruz es una combinación de diversidades que, sinérgicamente, originan la novedad. Eso simbólicamente es muy positivo.
Por último, vale la pena destacar que, justamente porque significa síntesis, la cruz da cuenta de lo vertical y lo horizontal, lo de arriba y lo de abajo, lo positivo y lo negativo. ¿Qué quiere decir? Que incluye a los opuestos que no se rechazan, sino que son complementarios. La vida misma es el resumen de ello. Lo próspero convive con lo adverso, no hay blanco sin negro (por ello hay grises), lo etéreo confluye con lo material…
En este sentido, la cruz solar revela el misterio de la vida y la existencia del hombre en la Tierra. Implica aprender a incorporar tanto lo positivo como lo negativo sin rechazar emociones o pensamientos asociados a uno y a otro platillo de la balanza. Supone aceptar el proceso vital como una combinación de sabores dulces y amargos. Porque la vida es lo que es, y no lo que uno desea que sea.
¿Qué queremos transmitirte con esto? Que la cruz solar como símbolo puede enseñarte mucho a ti. La vida es una caja de bombones. No todos son de tu preferencia, pero todos forman parte de tu experiencia; de tu paso por este plano. Y recuerda: quien no acepta la oscuridad no disfruta de la plena luz.
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