Los chamanes son hechiceros que tienen un don especial para ver más allá del mundo físico al que todos estamos acostumbrados. De esta manera, si cada uno de nosotros vemos al resto de personas como una flor con sus hojas y pétalos, el chamán es capaz de ver las sensaciones y emociones que habitan en su ser; esto es, no ve a las personas como un ser físico, sino como un todo en el que confluyen emociones, sentimientos y pensamientos. Para el chamán todo aquello que existe está vivo; esto es, no sólo los seres vivos como los humanos o los animales, sino también una roca en la montaña por ejemplo. Además, el chamán concibe todo lo que hay en el mundo como una red en la que todo está conectado y todo tiene una razón de ser.
La energía del chamán
- Médico del alma: en muchas culturas, el chamán es considerado como el médico del alma. Y lo cierto es que no es para menos. Este hechicero es cambiar de transformar las energías que se mueven alrededor de una persona. De esta manera, si en algún momento percibe algún tipo de energía negativa que puede resultarle perjudicial, le ayuda a expulsarla de su interior para dejar lugar a la energía pisitiva, llena de alegría y vitalidad.
- Sabiduría: el chamán no es ni mucho menos una persona hermética. Una de las principales características del chamán es que siempre está en busca de discípulos jóvenes que quieran aceptar su conocimiento e iniciarse en el camino de la iluminación. Generalmente, en las sociedades, los chamanes suelen ser ancianos y sus discípulos jóvenes que, tras su fallecimiento, toman el relevo. Lo cierto es que iniciar al discípulo en el camino de la iluminación no es para nada sencillo. Se trata de un traspaso de sabiduría y conocimiento que debe hacerse poco a poco, siempre tratando de hacer entender que las posesiones materiales no tienen demasiada importancia.
- Espíritu: todos y cada uno de nosotros tenemos un espíritu de poder que siempre nos acompaña y nos da esa fuerza y vitalidad para continuar con nuestra vida. Pues bien, es importante cuidar a este espíritu para que no nos abandone. Así, las personas alegres no lo son porque sí, sino porque han sabido cuidar su espíritu. En cambio, las personas tristes, están así porque su espíritu ha decidido abandonarlas.
Por lo tanto, los chamanes abren un camino de luz par adentrarse en las profundidades de todo lo que forma parte del mundo. De esta manera, tienen la capacidad de, si hay algo que no funciona del todo bien, cambiarlo. Desde tiempos antiguos, los chamanes han sido una figura clave en muchísimas sociedades y, aún hoy, siguen estando presentes en muchas tribus de todo el mundo. Su figura es una de las más reputadas.
Deja una respuesta